Ellas.

Y ella son esas personas que revolucionan mi vida, que me dan tantos quebraderos de cabeza, que me hacen llorar cuando siento que se alejan, que las pierdo, que me hacen gritar y sacar lo malo de mi cuando me llevan la contraria, que hacen que esa pequeña, apenas imperceptible arrugita en la frente de preocupación aparezca cuando están raras o pasa mucho tiempo que no la veo, ella son esas personas por las que puedo decir que me levanto cada día, por las que me puedo dar con un canto en el pecho porque sé que son A M I G A S, por que ellas nunca me fallarían, porque ellas, luchan, luchan cada día para seguir adelante, con sus problemas, sus paranoias, sus tonterías, ellas siempre están ahí para mi, porque no hay ninguna de ellas que me haya defraudado nunca, porque ella, son las personas con las que yo quiero compartir el resto de mi vida, porque el amor, ¿Qué es el amor?, ¿ Pasión? ¿Felicidad? ¿Tú sabes lo que es la amistad? Déjame decirte, que la amistad, la verdadera amistad, como la que ellas me dan es muchísimo más que lo que el amor pueda darme algún día, ¿Qué es la amistad? Éxtasis, amor, felicidad, alegría, ¿Ves como la amistad es mucho más importante que el amor? Porque en la amistad, hay amor. Es uno de los sentimientos más completos y lo que buscas en el amor, siempre lo encontraras en la amistad.
¿Qué la amistad duele? Si, duele. ¿Crees que el amor no? ¿Qué no duele en esta vida? La traición duele, el amor duele, el engaño duele, la amistad duele, un corte en la piel duele, todo duele.
¿La amistad se olvida el amor nunca? Eso es un mito, pues en el amor, un clavo saca otro clavo, siempre habrá alguien que tape ese agujero profundo que dejo esa persona, ¿Pero y en la amistad? ¿Un clavo saca otro clavo? No, en la amistad no hay parches que valgan, pues duele, es tan puro como la propia verdad. ¿Y se olvida? Déjame decirte, que si es una amistad verdadera, siempre perdura, ¿Quieres un ejemplo? Ellas, porque sé que me iré, ellas también lo harán, conocerán a sus parejas, se casaran, tendrán hijos, ¿Pero y qué? Aunque no tengamos contacto, siempre me acordaré de ellas, porque habrá siempre algo que hará que esos bonitos recuerdos de infancia y adolescencia vuelvan a mi mente. ¿Sabes que me gustaría? Tatuarme el nombre de ellas en la piel. ¿Qué porqué? Porque así sé, que aunque cuando sea mayor y pierda la memoria, las llevaré siempre conmigo, aunque también, las llevaré siempre en el corazón.